Y gritaría que: Estoy harta de toda esta mierda.
De tanto vacío. De tanto vicio. De tanta mentira. De tanto confórmate con lo que tienes. De no saber lo que quieres. De ser única siendo una más. De la puta mediocridad. De ideales que no son más que eso. De tanta revolución sin luchadores ni lucha. De espantos sin cura. De pies sin zapatos. De tacones de aguja. De tanto “no hay quien me entienda”. De quejas adolescentes. De carencias que crecen. De consejos que pretenden ser adultos, maduros, simples y directos; pretensiones. De tanto gesto sin dueño.
De tanta pose sin objetivo. De tanta postura sin dominio. De canciones que hablan de paz. De la búsqueda del equilibrio y la estabilidad. De tanto caos sin sentido. De vivir. De morir. De renacer. De tenerte y no quererte. De quererte y no tenerte. De ti. De mí. De esto y aquello. De trastornos y disociaciones. De mirar a través del cristal de una ventana que invita a salir, a soñar y a saltar. De tanta falta de voluntad. De tanto precio por tanta voluptuosidad. De todo lo rico engorda. De mentes sanas en cuerpos sanos. De mentes insanas que desean cuerpos insanos. De tanto precipicio. De tanto camino llano. De manos frías que hallan pies fríos en camas ajenas. De camas vacías. De menos es más. De más es mejor. De esta vulgaridad. De “yo era tal, pero, ahora soy cual”. De los círculos viciosos, “la pescadilla que se muerde la cola”, el eterno retorno. Del condicional perfecto.
De Eva, Adán, y su paraíso convertido en infierno. De manzanas mordidas. De cuentos. De príncipes, héroes, ranas, cisnes, murciélagos y arañas. De stay true, de one love, de paz y amor. De cortarse las venas. De dar pena.
Gritaría. Pero Munch me quitó la voz tras dejarme sin aliento.
Porque hay silencios que dicen tanto sin haber dicho nada.
Porque hay silencios que, constantemente, nos salvan.
4 comentarios:
No sólo tiempo me gustaría verter hoy sobre mis palabras sino también algo de opinión si me lo permites.
Me encantan las contradicciones que parecen serlas y no lo son, y aquellas que no parecen y lo son (ves, dije que me encantaban). Y que mayor contradicción que en una entrada en la que se hace referencia literal constante al grito, y metafórica (desde mi, a veces desviado, punto de vista) al grito del alma, que mayor contradicción, que no haya ni tan solo un signo de admiración. Supongo que bastaba con la admiración que provocarías al escribir tus palabras y por ello lo obviaste.
¿Sabes que me encanta de lo que escribes? tus "porque" a veces entre signos de interrogación y otras como inicios de una explicación, pero en todas las ocasiones dejas ver un cachito de tu interior, no muy transparente la verdad, pero quien se pare a dar mil vueltas, saltos y piruetas sobre tus palabras no solo acabará conociendo tu forma de escribir, sino también tu forma de vivir, o tu anhelo de vivir...
Por cierto, al pez lo llamé así, "anhelo", solo que ahora tengo un problema, creo que lo he perdido entre el resto de peces, o no era tan despistado o finge no estarlo ahora. Sea como fuese lo disimula muy bien xD
Como me mantengo en el anonimato al menos tendré la decencia de firmar mis comentarios, y que mejor forma que hacerlo que con: "Anhelo"
Oh! tengo en esto, que llamaremos blog, un pez anónimo llamado anhelo.
Me gusta (:
No podía ser de otra forma, acaso nunca nadie te dijo que la prosa atrae a los peces, los sombreros provocan anhelos y el que sólo estes ataviada con uno de ellos hace del más valiente un anónimo con celos (de tu sombrero).
AnHeLo
La respuesta más sensata que podría encontrar a tu entrada sería no decir nada.
Así sin adornos y sin palabras que contaminasen lo que pienso, podría dar a entender algo de comprensión por mi parte acerca de lo que es imposible transmitir escribiendo.
Pero si la mejor forma de decir todo eso es no decir nada, quizás el silencio se pueda malentender.
Es frustrante.
No se puede abarcar más de lo que nos ocupa, siendo esto el todo.
Publicar un comentario