Puede que tengas razón.
Y que mis verdades solo sean palabras que disfrazan mis mentiras. 
Mis pasiones, mis desilusiones, tus miedos.
Y que defender un concepto, una concepción, una idea, un ideal... termine en lo que no "debe"; ser un títere que se agarra con débil firmeza, en un constante intento desesperado de no dejarse caer, a esos hilos de los que no sabe cómo desatarse. 
Porque cuando lo intenta se enreda.
¿Es que crees que estarán para siempre?
 
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