24 oct 2011

Helmintofobia.

Un nada que lo es todo.
Lo que aparentamos ser, lo que sentimos, lo que callamos y lo que somos.
Ese miedo a vivir "bien" en continuo enfrentamiento con ese deseo de vivir "mal".
Un acariciar de pies. Un roce de miel. Estas manos que cuando te ven te atacan, se atan, se desatan, que gritan, que empiezan lo que tú (casi) siempre acabas; frías otra vez.

Ese rojo tan rojo que te ilumina la sonrisa.
Esa diversión que más que suspirar exhala cuando se aleja de ti.
Un "te debo estar contigo estés como estés" alegando a un pasado que te tortura. Y es que crees que no sé que en el fondo estás justificando un futuro que  no nos dejará dormir. Mis trastornos y tus reincidencias.
Las muecas y la mirada perdida que afirman que... y que sienten cerca la confirmación de que la noche se agota en delirium tremens; pero tu teléfono no va a sonar.

Ese limpiar tu mierda adueñándote de virtudes ajenas.

Un "vivieron felices por siempre punto y FIN".
Una Barbie con tatuajes que lucha internamente por no ser "el paradigma del nihilismo ontológico" de la semana.
Ese futuro paternal tan oscuro, tan oscuro, que tus hijos inevitablemente serán heavies.
Un zapping descarado y acelerado que te cuenta que solo hay "dos tipos de hombres: los que te cogen de la mano y los que te follan" y que estamos (obviamente) jodidas.
Un torero que era bueno, un motociclista con toda una vida por delante y sin dinero, un asesino confeso sin condena y a la espera.
Una educación basada en perderse en frases diplomáticas que pretenden ser realidad sin dejar de ser la más pura retórica.

Tiritar en el calor externo de un club de alterne, "terminamos y nos vamos".
Autocontrol, autocontrol, autocontrol. Exponerse y salvarnos.
Un diagnóstico, un tratamiento, un "yo no necesito" autorecetado.
Tu reciprocidad de informe abierto.



Un sábado tan domingo que el lunes no acaba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo último que quisiera ver: El miedo, real y profano, de quien es etiquetado en su recetario como homiclofóbico, sobre ti.

Lo último que quisiera creerme: Que fuera real el traspaso de la libertad a manos de alguien que agota sus noches "dándole su mano al hombre invisible"

AnHeLo

Génesis Apolo dijo...
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