Prospect Park.
Adiós al año de los encuentros
oníricos, insomnes, diurnos, nocturnos, taciturnos... en el banco de
siempre. Tú con tu libreta en una mano y tu lápiz en la otra. Yo
con mi sonrisa, esa, la del primer día, la sonrisa persistente y
obstinada, la que se clavó una primavera en tu mirada; la del helado
de limón.