En cambio tú.
En cambio tú no te quedas a medias. Tú te contradices.
"Eva, en el edén, no consiguió coger el fruto deseado. El nuevo Adán había aprendido la galantería de ir a buscarle cargamento y la miró comer con ternura. La nueva Eva, egoísta en su pecado, ni siquiera le ofreció un bocado.
Me gustaba mucho ese remake, que se me antojaba más civilizado que el clásico. Sin embargo, el final de la historia se ensombrecía con una petición [...]
¿Por qué era necesario que el placer siempre se pagara? ¿Y por qué el precio de la voluptuosidad era, inevitablemente, la pérdida de la levedad original?"
-Ni de Eva ni de Adán-
-Amélie Nothomb-